El festival

Se viene celebrando cada verano desde 2016 en el municipio de Alcalá de La Selva (Teruel). Durante una semana, un grupo de artistas desarrolla de manera individual o colectiva una serie de intervenciones en la naturaleza. Todas ellas deberán ser construidas únicamente con materiales hallados en el entorno o completamente biodegradables, de manera que no causen ningún perjuicio al medio natural. Cada año, la organización designa un enclave determinado, de propiedad municipal y con especial interés paisajístico, ecológico, cultural y/o turístico.

Las obras de cada edición se articulan en torno a un tema. Lejos de ser obligatorio, plantea una reflexión común sobre un asunto relevante, a modo de hilo argumental que unifique las propuestas y facilite al visitante la comprensión de las mismas. 

La semana de trabajo culmina con un evento público para presentar las intervenciones. Los visitantes van recorriendo las obras y reciben de los artistas la explicación sobre el mensaje y el proceso creativo de cada una. Esta presentación irá acompañada de una performance de arte sonoro, en concordancia con el tema, un marco integrador y enriquecedor para la experiencia del visitante.

A partir de ese día, el conjunto de actuaciones efímeras “obsequiadas al lugar”, permanece allí a merced de la propia degradación natural del entorno por el clima, la acción de la fauna y la flora e incluso del propio ser humano. Esta poética de lo efímero es la que reviste cada edición de un carácter excepcional, pues el período de caducidad de su legado fomenta el interés por visitar y conocer las obras generadas antes de que desaparezcan. 

En torno a esta actividad , se han ido incorporando en las últimas ediciones otros eventos, como charlas explicativas sobre land art, talleres de stop motion para niños, y una jornada inaugural de participación colectiva. En esta última se designa un lugar concurrido cercano a la población en el que los artistas invitan a los habitantes y visitantes de Alcalá a crear una instalación de land art de manera colaborativa. Se pretende así favorecer la implicación local, sensibilizar a los habitantes y captar posibles voluntarios que puedan aportar a las piezas otros conocimientos y capacidades, propios de su convivencia con el medio rural.

En respuesta a la inquietud por dar presencia en el Festival Landares a otras manifestaciones artísticas, enraizadas en la cultura y el paisaje del entorno, la edición de 2021 ha incorporado las artes escénicas a su programa. El bailarín y coreógrafo Miquel Barcelona desarrollará una intervención escénica en colaboración con voluntarios del pueblo a partir del acervo musical y la tradición cultural de la población.